El parricidio de La Mejostilla

Es lunes, marzo de 2013. La ciudad de Cáceres amanece con la rutina habitual. En el barrio de La Mejostilla, un barrio tranquilo, los vecinos inician un día más. Pero esa normalidad se rompe de manera abrupta. A media mañana, una llamada urgente irrumpe en la central de la policía. La voz al otro lado de la línea alerta sobre una situación que no puede esperar. Los agentes reaccionan de inmediato, conscientes de que lo que escuchan no encaja con la calma de un lunes cualquiera. Las patrullas se dirigen con rapidez al barrio de La Mejostilla. Allí, en una vivienda que hasta entonces había pasado inadvertida, se encontrarán con una escena inesperada. Una escena que no solo sacudirá a los presentes, sino que pronto conmocionará a toda la ciudad. Detrás de las puertas de esa casa familiar, los agentes descubrirán lo que hasta ese momento permanecía oculto. Secretos que, a partir de ese instante, comienzan a salir a la luz y que marcarán el inicio de un proceso que mantendrá en vilo a Cáceres durante semanas.