DIA 112 - Rut se Queda con Noemí
La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - A podcast by Julian Gamba

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Hoy estaremos leyendo Rut 1 y 2, Juan 12 y el Salmo 73:22-28. El libro de Rut comienza con pérdida. Elimelec y su familia dejan Belén por una crisis, y en tierras extranjeras, muere él y sus dos hijos. Noemí, devastada, queda sola con sus dos nueras moabitas. Pero una de ellas, Rut, decide quedarse con ella.En Rut 1:16, Rut declara:“Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios” (NTV).Esa decisión de fidelidad no solo cambiaría su historia, sino que la conectaría con la historia de redención de toda la humanidad: Rut terminará siendo parte del linaje de Jesús.En el capítulo 2, vemos cómo Dios empieza a responder. Rut encuentra favor en los campos de Booz, un hombre honorable que más adelante jugará un papel fundamental como redentor.Reflexiona: ¿Estás en una temporada de pérdida? La fidelidad en medio del dolor puede ser la puerta a una nueva historia. Aun cuando no lo ves, Dios está trabajando entre bastidores.En Juan 12, María unge los pies de Jesús con perfume caro y los seca con sus cabellos. Judas protesta, pero Jesús dice:“Déjala en paz. Esto lo hizo en preparación para mi entierro” (v. 7, NTV).Jesús sabe que se acerca la hora de su muerte. Luego entra en Jerusalén montado en un burro, en lo que conocemos como la entrada triunfal. Pero esta gloria no es la que el mundo espera. Jesús está camino a la cruz.En verso 24, dice:“Les digo la verdad: el grano de trigo que cae en la tierra y muere queda solo. Pero si muere, producirá mucho fruto.”Y en verso 32, declara:“Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”.La cruz no fue una derrota, fue el camino de victoria.Reflexiona: ¿Estás dispuesto a rendir lo más valioso, como María? ¿Estás viendo la cruz como el lugar donde comienza tu vida, no donde termina tu esperanza?El salmo concluye con un corazón restaurado. Después de luchar con la envidia y la confusión, Asaf reconoce su ignorancia, pero también la fidelidad de Dios. En verso 23, dice:“Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha.”Y en el verso 26, declara:“Mi salud puede fallar, y mi espíritu puede debilitarse, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre.”Y concluye en el verso 28:“En cuanto a mí, qué bueno es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio.”Este es el punto final de la fe: no entenderlo todo, sino permanecer junto a Aquel que lo sostiene todo.