DIA 119 - Jesús Resucitado Aparece a sus Discípulos
La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - A podcast by Julian Gamba

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Hoy estaremos leyendo 1 Samuel 11 y 12, Hechos 1 y el Salmo 76:7-12. En 1 Samuel 11, Saúl, recién ungido como rey, enfrenta su primera gran prueba: el pueblo de Jabes de Galaad está bajo amenaza. El Espíritu de Dios viene poderosamente sobre Saúl, quien lidera una victoria aplastante contra los amonitas. Esta victoria confirma su liderazgo ante todo Israel.Después, en 1 Samuel 12, Samuel entrega un discurso de despedida, recordándole al pueblo que aunque ellos pidieron un rey, Dios sigue siendo su verdadero rey soberano. En verso 24, Samuel les da un consejo clave:“Pero asegúrense de temer al Señor y de servirlo fielmente de todo corazón; piensen en las grandes cosas que ha hecho por ustedes.” (NTV)Samuel advierte que tanto el pueblo como el rey deben obedecer a Dios, o sufrirán las consecuencias.Reflexiona: ¿Estás recordando que, por encima de todo liderazgo humano, tu lealtad es primeramente al Rey de reyes? ¿Estás sirviendo a Dios con todo el corazón o solo en apariencia?El libro de Hechos comienza con Jesús resucitado apareciendo a sus discípulos durante 40 días, hablándoles acerca del Reino de Dios. Y les da una instrucción crucial: esperen la promesa del Padre, el Espíritu Santo.En Hechos 1:8, Jesús declara:“Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y serán mis testigos, y le hablarán a la gente acerca de mí en todas partes: en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los lugares más lejanos de la tierra.” (NTV)Luego, Jesús asciende al cielo ante sus ojos, prometiendo regresar.La misión de Jesús ahora es nuestra misión. No en nuestras fuerzas, sino con el poder del Espíritu Santo.Reflexiona: ¿Estás esperando pasivamente, o preparándote activamente para ser un testigo de Jesús en tu mundo? ¿Estás pidiendo diariamente ser lleno del Espíritu para cumplir tu propósito?El salmista reconoce la majestad y el poder del Dios que juzga con justicia. En verso 7, declara:“Tú, mismo, eres temible; ¿quién podrá resistirte cuando se desate tu enojo?” (NTV)Y en el verso 11, llama al pueblo a responder:“Hagan votos al Señor su Dios, y cúmplanlos.”Este salmo nos recuerda que Dios no es para ser tomado a la ligera. Su santidad, su justicia y su poder exigen reverencia, obediencia y compromiso real.