DIA 121 - Desobediencia de Saúl
La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - A podcast by Julian Gamba

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Hoy estaremos leyendo 1 Samuel 15 y 16, Hechos 2:22-47 y el Salmo 77:7-12. En 1 Samuel 15, Dios envía a Saúl a destruir completamente a Amalec, pero Saúl decide hacer lo que le parece mejor: perdona al rey Agag y guarda lo mejor del ganado. Cuando Samuel lo confronta, Saúl justifica su desobediencia diciendo que iba a ofrecer sacrificios a Dios. Samuel responde con una de las verdades más profundas de toda la Biblia en 1 Samuel 15:22:“¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros.” (NTV)Por su rebelión, Saúl pierde el favor de Dios, y Samuel es enviado en 1 Samuel 16 a ungir a un nuevo rey. Aunque los hermanos de David parecían más fuertes y aptos, Dios le dice a Samuel:“El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga por las apariencias, pero el Señor mira el corazón.” (1 Samuel 16:7, NTV)Así, David es ungido como rey siendo todavía un joven pastor, ignorado por su propia familia, pero escogido por Dios.Reflexiona: ¿Estás obedeciendo completamente o solo en lo que te parece conveniente? ¿Estás viendo las circunstancias y las personas como el hombre mira o como Dios ve? Hoy es el día para rendirte por completo.Después de ser llenos del Espíritu Santo, Pedro predica su primer sermón público. Explica que Jesús, crucificado por ellos, es en realidad el Mesías prometido. En Hechos 2:36, declara:“Por lo tanto, que todos en Israel sepan sin lugar a dudas que a este Jesús a quien ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías.”La convicción del Espíritu cae sobre la multitud, y en verso 37 ellos preguntan:“Hermanos, ¿qué debemos hacer?”Pedro responde:“Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados.” (v. 38)Ese día tres mil personas son añadidas a la Iglesia. La comunidad que nace es una comunidad de enseñanza, comunión, oración y milagros.Reflexiona: ¿Qué tanto anhelas ver este mismo fuego en tu vida y en tu iglesia? ¿Estás dispuesto a arrepentirte y vivir lleno del Espíritu para que Dios pueda usarte con ese poder?El salmista lucha con preguntas profundas: ¿Dios me ha rechazado? ¿Ha olvidado tener compasión? ¿Sus promesas han terminado? Pero en medio de esas preguntas dolorosas, decide hacer algo poderoso: recordar.En el verso 11, dice:“Recuerdo las obras grandiosas del Señor; recuerdo que hace mucho hiciste maravillas.”La fe no siempre es sentir, a veces es recordar. Volver la mente a lo que Dios ha hecho nos ayuda a confiar en lo que todavía puede hacer.