DIA 122 - David Vence a Goliat
La Biblia en Un Año (con el pastor Julian G.) - A podcast by Julian Gamba

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Hoy estaremos leyendo 1 Samuel 17 y 18, Hechos 3 y el Salmo 77:14-20. En 1 Samuel 17, encontramos uno de los relatos más conocidos de la Biblia: David y Goliat. Mientras todo Israel tiembla ante el gigante filisteo, David, aún joven, se ofrece a pelear diciendo:“El mismo Señor que me rescató de las garras del león y del oso me rescatará de este filisteo.” (1 Samuel 17:37, NTV)David enfrenta a Goliat no con armadura humana, sino en el nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales. Con solo una piedra y una honda, derrota al gigante, mostrando que la verdadera victoria no depende del tamaño de nuestras armas, sino de la grandeza de nuestro Dios.En 1 Samuel 18, después de la victoria, David gana favor ante el pueblo y también la amistad profunda de Jonatán. Pero el corazón de Saúl comienza a llenarse de celos, recordándonos que no todos celebran las victorias que Dios nos da.Reflexiona: ¿Qué gigantes estás enfrentando hoy? ¿Estás confiando en tus propios recursos o en el poder del Dios que ya te ha librado antes?En Hechos 3, Pedro y Juan van al templo y encuentran a un hombre cojo de nacimiento pidiendo limosna. Pedro le dice:“No tengo plata ni oro, pero te daré lo que tengo: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina.”(Hechos 3:6, NTV)Instantáneamente el hombre es sanado, se levanta y empieza a caminar, saltar y alabar a Dios.Este milagro no solo restaura un cuerpo, abre una puerta para testificar del poder de Jesús resucitado. Pedro aprovecha el asombro de la multitud para predicar el evangelio.Reflexiona: ¿Estás consciente del poder que hay en el nombre de Jesús? ¿Estás dispuesto a extender tu mano con fe y orar para que otros se levanten en su nombre?El salmista concluye su reflexión recordando el poder salvador de Dios. En el verso 14, dice:“Tú eres el Dios de grandes maravillas; demostraste tu increíble poder entre las naciones.”Recuerda la liberación en el éxodo, cuando Dios abrió el mar y guió a su pueblo con poder sobrenatural.“Abres camino por el mar, una senda por las aguas impetuosas, una senda que nadie sabía que estaba allí.” (v. 19, NTV)Aunque no siempre vemos el camino, Dios siempre sabe exactamente por dónde nos está guiando.Dios sigue siendo el Dios que salva (Salmo 77:14–20)